Sonia Maris, conocida como «Bea», ha dedicado su tiempo y recursos al cuidado de los gatos abandonados cerca del puerto antiguo de Concepción.

Cada gato tiene su nombre, al llamarlos, todos vienen.

En el corazón de Concepción, la señora Sonia Maris, afectuosamente llamada «Bea» por la comunidad, se ha convertido en la protectora de los gatos que son abandonados cerca del puerto antiguo. Desde hace tiempo, Sonia ha tomado la responsabilidad de rescatar y cuidar a estos felinos, brindándoles refugio y alimento en su comedor Pira’Uha Foieli, ubicado en la calle Mariscal Estigarribia, frente al mirador de la ribera.

Bea relata que comenzó su labor de rescate cuando notó que personas despiadadas arrojaban gatos cerca del muro de contención próximo a su local gastronómico. En un principio, rescató a 14 gatos y, desde entonces, su número ha variado. A pesar de las dificultades, Bea se asegura de que los gatos no pasen hambre, alimentándolos principalmente con pescado. Además, cuenta con el apoyo de padrinos que regularmente le traen comida para los felinos.

La dedicación de Bea no termina en la comida. Frente a su comedor, siempre deja un recipiente con agua fresca para los gatos, garantizando así que tengan acceso constante a hidratación.

De 14, ahora quedó con 7, algunos fueron arrojados con heridas, y se presume que murieron.

La historia de Bea y su comedor Pira’Uha Foieli es un recordatorio de cómo un solo acto de bondad puede marcar una gran diferencia en la vida de los animales desamparados, promoviendo a su vez un sentido de responsabilidad y empatía en la comunidad.